
Por Luis Miguel Messian
Hay momentos raros y sagrados en la vida cuando el arte salta más allá del escenario y acuna tu alma. Anoche, Buena Vista Social Club en Broadway me regaló uno de esos momentos: una celebración de la cultura cubana tan tierna, tan profunda, que me llevó a las lágrimas y llenó mi corazón con un orgullo indescriptible.
Fotografía del mensaje Luis Miguel
Aunque nací en México, el viaje de mi vida me llevó a abrazar la cultura cubana de la manera más íntima, a través del amor. Mi esposa, un alma luminosa que huyó de Cuba a la edad de siete años, trajo consigo los recuerdos, los sueños y el espíritu de una patria dejada atrás. A través de ella, y a través de mis amados suegros, he llegado a conocer a Cuba no como una tierra distante, sino como un corazón latido dentro de mi propio pecho. Y en el camino, a través de innumerables amistades y hermandades, he sido bienvenido en una comunidad unida por la resiliencia, el ritmo y un amor inquebrantable por la vida.
Desde la primera nota, fui transportado.
La música, los colores, la poesía de las historias: me llevaron por las calles de La Habana, en los brazos de una historia que vive y respira cada nota de la rumba, cada ritmo del tambor, cada grito de la trompeta.
Esto no fue solo una actuación; Era carne hecha de memoria.
- Una canción de amor escrita en Clave.
- Renaje de Guaguancó, vibrante y desafiante.
- Una oda a la alegría, al dolor, al poder duradero de la identidad.
- El elenco no solo actuó; Barraron sus almas.
- Cada paso, cada canción, irradiaba con una autenticidad que solo podía nacer de la experiencia vivida, de Cariño, de un deber sagrado para honrar a los que vinieron antes. Se sentía como si los espíritus de comparación segundo, Ibrahim Ferrer y Omara Portuondo estuvieran allí entre nosotros, amables, sonriendo, recordándonos que Nuestro Espíritu no se Olvida, nuestro espíritu es eterno.
Salí del teatro con mi corazón lleno de corazón.
- Rebosado de orgullo por una cultura que he llegado a llamar a la mía.
- Rebosado de asombro por los artistas que dieron vida a este tapiz en el escenario más venerado de Broadway.
- Y llena de esperanza, cambio de que este es solo el comienzo de una celebración mayor y más rica de las historias, los ritmos y el alma de América Latina.
Buena Vista Social Club no es simplemente un espectáculo; Es una oración, una celebración, un regreso a casa.
Y como mexicano, como cubano honorario, como un orgulloso latino, y como creativo que ha pasado toda una vida defendiendo nuestras voces, estoy humillado, inspirado y eternamente agradecido.