Por Lenore A. Brinson – Directora Ejecutiva | Gestión sin fines de lucro
Si acepta el llamado al liderazgo, debe estar dispuesto a ser incomprendido, criticado, opuesto, acusado e incluso rechazado.
Porque el liderazgo no se trata de aplausos, se trata de alineación. Se trata de tener el coraje de tomar decisiones que tal vez no sean populares, pero que estén arraigadas en la integridad y la visión. Los verdaderos líderes entienden que el crecimiento a menudo ocurre en silencio, en temporadas en las que pocos entienden el “por qué” detrás de sus decisiones.
Se hablará de usted, se le cuestionará y, en ocasiones, se le dejará solo. Pero ese es el fuego refinador donde se construye la convicción y se revela el carácter.
El liderazgo no es para los débiles de corazón: es para aquellos que eligen el propósito antes que la popularidad, el servicio antes que la comodidad y la verdad antes que la validación.










