El presidente panameño, José Raúl Mulino, dice que su nación tiene la intención de mantener el control del Canal de Panamá, luego de que el presidente Trump reiteró su intención de tomar el control de la vía fluvial estratégica en su discurso inaugural.
Mulino rechazó la promesa de Trump de retomar el canal “en nombre de la República de Panamá y su pueblo” en un comunicado el lunes.
“El Canal es y seguirá siendo de Panamá y su administración quedará bajo control panameño con respecto a su neutralidad permanente”, afirmó Mulino.
La promesa de Trump de tomar el control del canal ha sido un tema central de su retórica posterior a la campaña, combinada con diseños expansionistas en Groenlandia, un territorio danés de ultramar, y aparentes referencias irónicas a convertir a Canadá en el “estado 51”.
Pero en sus festividades inaugurales, Trump basó sus aspiraciones sobre el canal en el supuesto control chino de la instalación.
“Por encima de todo, China está operando el Canal de Panamá, y no se lo dimos a China, se lo dimos a Panamá y lo vamos a recuperar”, dijo.
Panamá tiene control total del canal, pero Hutchison Ports PPC, una empresa con sede en Hong Kong, controla dos puertos en cada extremo del canal. Si bien Hutchison y CK Hutchison Holdings, su empresa matriz, no son propiedad del gobierno chino, están sujetas a la ley de seguridad nacional que Beijing impuso a Hong Kong en 2020.
“No hay presencia de ninguna nación en el mundo que interfiera con nuestra administración”, dijo Mulino, quien también puso reparos a la idea de que Estados Unidos “regaló” el canal a Panamá.
“El Canal no fue una concesión de nadie. Fue resultado de luchas generacionales que tuvieron su punto máximo en 1999, producto del tratado Torrijos-Carter, y desde entonces hasta ahora, durante 25 años, de manera ininterrumpida, lo hemos gestionado y ampliado con responsabilidad para servir al mundo. y su comercio, incluido Estados Unidos”, añadió.
Mulino, de quien se espera que desempeñe un papel clave en la gestión de la migración hacia el norte desde Sudamérica a través del infame Darién Gap en Panamá, sugirió el derecho internacional, una idea impopular en el trumpismo, como el lugar apropiado para ventilar cualquier queja.
“El diálogo es siempre la manera de esclarecer los temas planteados sin menoscabar nuestros derechos, la soberanía total y la propiedad de nuestro Canal”, afirmó Mulino.