Si tiene hijos que se dirigen a la universidad para comenzar un nuevo año escolar, probablemente ya sepa que no será barato. Es de esperar que ya hayas planificado los gastos grandes y obvios, como la matrícula, los libros y el alojamiento.
Mientras se concentra en esos gastos principales, no se olvide de otros pequeños costos fuera del radar que pueden acumularse rápidamente. Aquí hay tres ejemplos:
1. Gasolina: Si su hijo va a la escuela en automóvil, asegúrese de tener una buena idea de su presupuesto de gasolina. ¿Lo conducirán con frecuencia o sólo los fines de semana? Una vez que pueda tener una idea de cuánto usarán el automóvil, estará listo para calcular un presupuesto mensual de gasolina. Recuerde, puede que le lleve algunos meses hacerlo bien, así que tenga paciencia.
2. Transporte: Si su hijo no tiene automóvil, entonces la gasolina no será un problema, pero el transporte sí lo será. ¿Volverán a casa para el Día de Acción de Gracias? ¿Navidad? ¿Cada dos fines de semana? No permita que un tanque de gasolina lleno de $50 lo tome por sorpresa. Haga un plan con su estudiante y Prepárese para esos viajes en el presupuesto.
3. Comida: Ya conoces el plan de alimentación, pero ¿qué pasa con los refrigerios nocturnos en el dormitorio o las cenas ocasionales con amigos? Los gastos en comida se acumulan rápidamente. Si su hijo sigue el plan de alimentación, es posible que desee agregar un poco más al presupuesto de alimentos para cubrir algunos de estos costos “inesperados”.
No dejes que los costos de gasolina, transporte o comida te sorprendan. Además, asegúrese de buscar otros gastos que se le presenten por sorpresa una vez que su hijo esté en la universidad y se incorpore a la rutina diaria.
Planifique lo más inesperado posible y su presupuesto se lo agradecerá.