390742 05: Un manifestante se manifiesta contra un plan de la administración Bush para agregar cuentas de inversión privadas a la Seguridad Social, 18 de junio de 2001 en la ciudad de Nueva York, momentos después de que el Secretario del Tesoro de Estados Unidos, Paul O”Neill, se dirigiera a un almuerzo ofrecido por la Coalición para la Seguridad Financiera Estadounidense. (Foto de Spencer Platt/Getty Images)
Imágenes falsas
El cierre del gobierno estadounidense ha comenzado a afectar un área que muchos estadounidenses dan por sentado: los beneficios de la Seguridad Social. Ayer, el gobierno no publicó un informe crítico: el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que determina el ajuste final por costo de vida (COLA) para el Seguro Social en 2026. Con una fuerza laboral reducida del Seguro Social, aproximadamente 75 millones de jubilados, beneficiarios discapacitados y sobrevivientes ahora enfrentan una mayor incertidumbre sobre el COLA del próximo año.
Cada octubre, la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) publica el IPC de septiembre para asalariados y trabajadores administrativos urbanos (CPI-W), y la Administración de la Seguridad Social (SSA) lo utiliza como ingrediente obligatorio en su cálculo anual del COLA. Pero este año, el cierre ha paralizado las operaciones de BLS, bloqueando la publicación de esos datos (originalmente prevista para el 15 de octubre). Como resultado, SSA ha pospuesto su COLA anuncio desde su fecha habitual de mediados de octubre hasta 24 de octubre.
Por qué el retraso del IPC es importante para el proceso COLA
El La fórmula COLA es sencilla pero su ejecución requiere datos oportunos y una fuerza laboral experimentada y con recursos adecuados en la Administración del Seguro Social. la fórmula compara el IPC-W promedio durante el tercer trimestre (julio-septiembre) del año en curso con el mismo trimestre del año anterior. Si la inflación ha aumentado, los beneficios aumentan en consecuencia a partir de diciembre (pagadero en enero). Sin la publicación del IPC, la SSA no puede finalizar el ajuste. La interrupción inducida por el cierre dificulta ese momento preciso para una agencia que ya está estresada.
Estimadores como La Liga de la Tercera Edad había predicho un COLA de 2,5 %con algunas previsiones subiendo hasta el 2,6% o incluso el 2,7%, debido a las presiones inflacionarias impulsadas por los servicios y las tarifas. Sin embargo, la cifra oficial sigue siendo incierta hasta que la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) publique los datos finales.
El dolor de cabeza operativo para implementar el COLA con un personal reducido
La Administración de la Seguridad Social se ha visto sacudida desde que Donald Trump asumió la presidencia y DOGE de Elon Musk cortó la agencia y cerró oficinas regionales. Para cumplir con el cronograma COLA revisado del 24 de octubre, el gobierno planea traer algunos despedidos Empleados de BLS: no para restaurar todas las operaciones de la agencia, sino solo para publicar los datos del IPC utilizados en la fórmula COLA. Pero ese restablecimiento tiene un enfoque limitado y no se extiende a la publicación de otras estadísticas gubernamentales vitales como el informe mensual de desempleo. Me preocupa, al igual que otros expertos, que la combinación de datos tardíos y la erosión de la agencia resulte en un reinicio parcial de la maquinaria estadística y operativa para realizar los controles a tiempo.
La Administración del Seguro Social debe reunir al personal restante para validar los datos y calcular los aumentos del COLA, reprogramar los sistemas de pago y garantizar la preparación administrativa para que se envíen más de 70 millones de cheques de beneficios a partir de enero. La agencia tendrá que decidir qué personal puede ser retirado, qué flujos de trabajo deben priorizarse, si reasignar o acelerar los procesos y cómo capacitar al personal restante para cubrir las brechas en tareas y roles.
Pero como la fuerza laboral de la SSA ha sido recortada, el proceso informático COLA –que solía ser rutinario– será inestable. En febrero de 2025, el plan DOGE preveía un recorte del 12% en la plantilla de la Seguridad Social (alrededor de 7.000 posiciones). Entre marzo de 2024 y marzo de 2025, 46 estados experimentaron disminuciones netas en la dotación de personal de las oficinas de campo; 30% de las oficinas perdidas más del 10% del personal. Los informes internos de la SSA confirman que el desgaste y la subcontratación redujeron la plantilla en el año fiscal 2024.
En resumen, se le pide a la SSA que despliegue un equipo reducido para producir indexaciones financieras altamente sensibles en un plazo ajustado, en un momento en que los niveles de personal ya están por debajo de los niveles esperados. El impacto potencial sobre la confianza, el riesgo de error y los retrasos podría ser sustancial y negativo.
Las implicaciones del cierre para la confianza de los estadounidenses en la seguridad social
Cuando la maquinaria de la Seguridad Social está visiblemente tensa, La confianza del público se erosiona. Los beneficiarios dependen de protecciones anuales por costo de vida para mantener su nivel de vida. Si esas protecciones fallan, los estadounidenses mayores pueden comenzar a preguntarse si el sistema sigue siendo confiable.
Considere los hechos desnudos: 74,5 millones de personas reciben Seguridad Social y beneficios de SSI a partir de agosto de 2025. Están esperando el anuncio de COLA, cuyo momento y precisión ahora dependen de medidas de contingencia bajo presión. No es descabellado imaginar ansiedad sobre si recibirán los beneficios a tiempo.
Y provocar ansiedad entre esta población es innecesariamente cruel. Muchos beneficiarios no tienen alternativa al Seguro Social: para millones, el Seguro Social ajustado por COLA es su salvavidas, no un complemento.
Por qué es importante el COLA
En ausencia de COLA, un beneficiario que comenzó con un beneficio de $2,000 por mes hace 15 años todavía recibiría $2,000 hoy. La inflación habría erosionado su poder adquisitivo en un 48%. Si asumimos un COLA promedio moderado del 2,6 % anual, esos $2.000 serían ahora aproximadamente $2.964 –un aumento del 48 %– sólo para preservar su nivel de vida.
Esa diferencia es de miles de dólares a lo largo del tiempo y es la diferencia entre terminar los años con (relativa) estabilidad financiera o verse empujado más cerca de la pobreza.
Debido a que el COLA se basa en exactamente tres meses de datos (y este año, dos de ellos ya han reflejado presiones inflacionarias), la mayoría espera que el piso del COLA de 2026 aterrice alrededor de 2,6% a 2,7%. La inflación inducida por los aranceles y el aumento de los precios de los servicios refuerzan esa expectativa. Dicho esto, el retraso causado por el cierre socava la capacidad del público para planificar.
Conclusión: El cierre pone a prueba la seguridad social
El cierre del gobierno en 2025 ha tenido consecuencias generalizadas, incluidos retrasos en la publicación de datos estadísticos clave. Pero para los jubilados, los estadounidenses discapacitados y los sobrevivientes, el impacto es más que técnico: es profundamente desestabilizador. El COLA representa un contrato entre una generación y su gobierno. Cuando ese contrato se ve interrumpido por incumplimiento de plazos o fallas de procedimiento, el pacto social más amplio comienza a deshilacharse.
El actual Presidente y el Congreso han sacudido la confianza pública en la Seguridad Social. Ahora, la nación espera ver si una agencia debilitada, que trabaja con datos retrasados, aún puede ofrecer un COLA justo (y comunicar los cambios con claridad) bajo una presión creciente.












