
Comenzó con una tarea de trabajo cancelada. Se suponía que debíamos mudarnos a Budapest para el trabajo de mi esposo. Esta fue una reubicación temporal que se sintió como una oportunidad tan esperada para sacudir las cosas, mostrar a nuestros hijos el mundo y salir de la rutina que habíamos construido en Brooklyn. Estábamos mentalmente comprometidos con esa aventura. Nos habíamos dejado imaginar las calles sinuosas, el Danubio …